En estos tiempos tan
especiales para todos, parece que los trabajadores solo pudieran parar si se
contagian. Se están tomando medidas de protección a nivel físico, con EPI
(equipos de protección individual), mascarillas, guantes... Pero hay otro tipo de
protección que no es tan visible, la protección emocional de todas las heridas
que deja trabajar en primera línea. Siguen siendo personas debajo de los
uniformes y es importante no descuidar la parte psicológica.
Muchos están acostumbrados a cuidar
a los demás, pero en estos momentos hay una sobredemanda a nivel emocional, por
lo que la mochila adquiere un sobrepeso importante. También pueden sentir miedos, algunos tienen miedo de contagiar a su familia;
de trasmitir ánimo, confianza y que pueda
no salir bien.
Es muy importante que se
cuiden, porque es una garantía de que podrán continuar trabajando, ayudando. Cuidarse es
una responsabilidad, la persona es el vehículo que permite que el profesional
pueda continuar trabajando. Responsabilizarse del autocuidado no es una
cuestión de egoísmo, sino más bien lo contrario, significa tener la garantía de
poder continuar.
Cuidaros, cuidémonos, apoyémonos.
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