En estos tiempos que no
podemos tocar ni abrazar, pero sí podemos mirar y acariciarnos con ello. Durante los aplausos de las ocho podemos
conocer cada vez mas a nuestros vecinos,
momento que se ha transformado en un acto social. Todos los días son tan
parecidos … pero seguimos juntos, aunque con diferencias, estamos unidos en
esta lucha que nos afecta a todos. Ya no distinguimos muy bien si es domingo o
jueves, todos los días son tan parecidos … pero siempre hay un motivo para
sonreír sea cual sea el día.
Hay veces que uno siente que
no sabe exactamente qué ocurre fuera de su casa, de su espacio. Cuanto más lee,
más ve e intenta informarse, parece que más se le escapa la realidad. Miramos
más al pasado, nos refugiamos en recuerdos y en los seres cercanos, en la
familia y amigos. Sentimos más la necesidad de tender la mano, ayudar a
alguien, ofrecer posibles respuestas a las necesidades. Es algo que podemos ver
a nivel individual, pero también en el mundo de los distintos sectores, como el
cultural (la música, museos, literatura …) donde muchos comparten sus virtudes
y contenidos con los demás. Es uno de los buenos lados de esta situación, hay
más …
La meta cada vez está más
cerca.
Ánimo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.