Fotografía de Diego
¡Hola!
Lo primero
que quería decirte es que tienes unos profesionales que te están mimando
maravillosamente, pensando en todo, y de ahí esta carta.
Me voy a
presentar, me llamo Raquel, tengo 21 años, vivo en León y estudio Educación
Social, estoy a punto de terminar (o eso creo, este virus nos ha paralizado a
todos y todas). Seguramente estés pensando, y qué narices es esa carrera, pues
bien, es normal; acompañamos a personas en sus procesos de vida, como el que
estás pasando tú ahora. Ojalá pudiésemos entrar en la sanidad y te estuviese
acompañando presencialmente, dentro de las posibilidades que permite esta
situación. Este confinamiento me está paralizando a nivel académico y
profesional, pero estoy aprovechándolo para otras cosas, como coser y, ¡eso es
maravilloso!
No sé cómo
es tu situación, ni cómo lo estás llevando, ni tu salud mental (cuídala
muchísimo esta temporada), solo sé que escribo esta carta a una persona que
deseo que salga adelante. Deseo que aceptes lo que está sucediendo, llores si
es necesario, dejes aflorar tus emociones y, tras esto, seas lo más valiente
posible(seguro que ya lo estás siendo).
La gente que
te quiere estará esperando a que salgas y darte todos los mimos del mundo.
Seguramente tú ya los estés deseando, el que te acaricien la mano, la
cara...Yo, como no puedo hacer otra cosa, te envío un abrazo enorme, pero tan
grande que ni te lo esperas. Antes hablaba de caricias, solo espero que esto te
acaricie el alma, a mi ya lo ha hecho.
Te mando mis
mejores vibraciones.
Que todo
vaya genial.
Besines y abrazos
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